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Revista Médica Electrónica 2007;29 (6)
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS JUAN GUITERAS GENER. MATANZAS
Prioridades en la formación ético-profesional para alcanzar una adecuada comunicación médico-paciente. (1ra. Parte)
Priorities in the ethicoprofessional formation to reach an adequate communication doctor-patient. (First part)

AUTORA

Dra. Maritza Alonso González.
E-mail: maritza.alonso@infomed.sld.cu
Especialista de II Grado en Histología. Máster en Ciencias de la Educación Superior. Profesora Auxiliar.

RESUMEN

El presente trabajo realizó una revisión de los factores que contribuyen al desarrollo de la formación de valores en los estudiantes universitarios, a partir de los resultados del estudio de la comunicación médico-paciente como parte de la formación ético-profesional de los estudiantes de Medicina en la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas y que evidenció la limitada influencia del proceso docente en este propósito. Una formación profesional sólida para el logro de altos valores éticos y humanos implica un trabajo sistemático a lo largo de toda la carrera y a través de las distintas formas del trabajo docente-educativo, que hagan posible el desarrollo de habilidades, hábitos, sentimientos, valores, desde lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual. Las actividades metodológicas realizadas en los colectivos de docentes en el centro han adolecido de un enfoque sistémico en los factores que pueden influir en la formación de valores, por lo que se fundamentó la importancia de algunos factores que influyen en la formación de valores éticos, en los estudiantes de Ciencias Médicas y se destacó la prioridad de algunos factores en la elaboración de las estrategias de trabajo educativo para la formación de valores éticos en la Educación Médica Superior.

DeCS:

ÉTICA MÉDICA
RELACIONES MÉDICO- PACIENTE
ESTUDIANTES DE MEDICINA
EDUCACIÓN MÉDICA
EDUCACIÓN SUPERIOR
VALORES SOCIALES


INTRODUCCIÓN

Una formación profesional sólida para el logro de altos valores éticos y humanos implica un trabajo sistemático a lo largo de toda la carrera y mediante las distintas formas del trabajo docente-educativo, que hagan posible un adecuado desarrollo de habilidades, hábitos, sentimientos y valores, desde lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual. La preparación de graduados que se incorporen a su práctica profesional, con la capacidad de brindar en la relación médico-paciente ese trato afectivo y humano que se aspira a la hora de enfrentar sus responsabilidades, es una tarea esencial que no debe ser descuidada en los Programas del Plan de Estudios de las Carreras de Ciencias Médicas y se deben aunar esfuerzos para lograr la integridad personal y profesional que la sociedad reclama. La formación del profesional de la Medicina debe desarrollar no sólo los aspectos técnicos y de competencia científica, sino también y, sobre todo, el humano, en su sensibilidad hacia los demás para una relación médico-paciente adecuada, lo que constituye la base del éxito de los aspectos técnico-operativos de la profesión. (1-3)
El profesional de la Medicina debe ser, por las funciones que ejerce, un profesional de la comunicación; y el dominio y aplicación consecuente en su labor cotidiana de procedimientos para expresar e interpretar la información, las ideas, la forma eficaz de enfrentar, cumplir su encargo social, es condición para el éxito de su trabajo.
El presente trabajo tiene como objetivo comentar algunas de las prioridades que deben tenerse en cuenta en la formación ético-profesional de los futuros egresados de la carrera de Medicina, para el logro de una adecuada comunicación médico-paciente.

DISCUSIÓN

Algunas de las prioridades que son necesarias a la hora de enfocar las decisiones para el trabajo de desarrollo de la formación ético profesional en los centros de educación médica superior son:

1- Presencia de objetivos dirigidos a la educación ético-profesional en los documentos normativos y programas de las asignaturas.

Teniendo en cuenta que los objetivos constituyen la categoría rectora en el proceso docente-educativo y que su formulación explícita en los programas de las asignaturas permitiría orientar al claustro en la conducción de sus conocimientos, métodos y ejemplo personal, por su doble condición de médicos y docentes, a fin de propiciar una educación ético-profesional para la comunicación en los estudiantes, se hace necesario que los profesores y gerentes del proceso docente verifiquen e implementen la presencia de esos objetivos en sus documentos y programas a todos los niveles y a lo largo de currículo, por su implicación en el nivel de satisfacción con los servicios de salud. Igualmente prioritario resulta velar por la frecuencia con que se discute este asunto en las actividades metodológicas de los profesores (Colectivos de Asignaturas, Reuniones Metodológicas, Claustros), por la necesidad de perfeccionar en el debate la capacitación y experiencia de los docentes para contribuir al desarrollo de valores en los estudiantes (1) y para la competencia comunicativa (2) en el proceso docente.
Se ha reportado una contradicción entre la presencia de estos objetivos educativos en el currículo de la carrera de Medicina y la correspondiente frecuencia que este aspecto del trabajo metodológico debía tener en las reuniones de profesores (3). Es decir, que si bien están declaradas estas intenciones por los docentes, no se trabaja con la prioridad suficiente por su instrumentación.

2- Cumplimiento de las funciones de la comunicación en la relación médico-paciente.

El éxito de la comunicación depende, entre otros factores, de que ésta cumpla adecuadamente con sus tres funciones (informativa, regulativa y afectiva), las cuales se manifiestan en íntima relación y en mutua dependencia, siendo la afectiva la que centra el proceso comunicativo, por ser la que determina las emociones del hombre en su interacción personal.
Para el sector de la salud la función afectiva de la comunicación constituye una de las principales expectativas de la población y es la forma en que debe proyectarse la imagen de lo que debe ser una adecuada relación con el paciente, sus familiares y la comunidad.
En el área pedagógica se ha reportado que la función principal que se cumple en la práctica docente es la informativa, (4) mientras que en un estudio realizado (3) se reportó que no es siempre la función afectiva la que es percibida principalmente por los estudiantes, en la relación de los profesores con sus pacientes, en su doble condición de docentes y médicos asistenciales, aspecto que pudiera influir en la imagen del profesor como modelo de ética profesional.
La capacidad de comunicación no es innata en el hombre, sino que se desarrolla a lo largo del proceso de socialización y como resultado de éste. Tener conocimiento acerca de las funciones que debe cumplir la comunicación y las características de una comunicación médico-paciente adecuada, constituyen la base sobre la cual se orienta el comportamiento en esa dirección, es decir, a establecer una relación interpersonal basada en los valores éticos de la profesión, que en el marco de esta situación comunicativa producirán un nivel de satisfacción en el paciente y en sus familiares, adecuado para el logro de los objetivos de la actividad de salud.

3-Formación de la personalidad del futuro médico.

Todo intento de abordar un análisis de la formación ético-profesional para el logro de una adecuada comunicación médico-paciente, nos ubica en el enfoque histórico-cultural de Vygotsky y sus continuadores que postula el desarrollo individual de todos sus miembros a través de su inserción social como sujetos de la historia. (5)
Esta posición nos permite una alternativa para orientar la influencia educativa y nos fundamenta la posibilidad de modelar el futuro profesional, a través del contexto en que se desarrolle el proceso docente.
No obstante, la importancia del medio no se debe absolutizar, pues en el desarrollo psíquico del joven intervienen decisivamente las particularidades psicológicas y fisiológicas que posee, por lo que asumimos que influyen los dos factores, el interno (psíquico) y el externo (medio).
Esta unidad de factores es lo que Vygotsky fundamentó en su concepto de Situación Social de Desarrollo (SSD), lo cual debe tenerse en cuenta a la hora de elaborar una estrategia en la priorización de los aspectos que se relacionan con la formación ético profesional para una adecuada comunicación médico-paciente.
En el proceso de formación de la personalidad en el joven universitario, en especial su esfera moral, sin que se pretenda dividir el proceso artificialmente, se debe tener en cuenta que el sujeto que recibimos ya posee un nivel de desarrollo, ha recibido numerosas influencias positivas y negativas y posee un conjunto de propiedades psicológicas que autorregulan el comportamiento del joven. Además posee un conjunto de motivos e intereses que pueden o no corresponder con los valores de la sociedad y del modelo de profesional que se quiere alcanzar, pero que están presentes en él.
La autora del trabajo es del criterio de que descuidamos mucho la interiorización, nos conformamos con pensar que sí estamos ejerciendo influencia educativa en nuestros educandos cuando emitimos nuestras opiniones. Descuidamos las particularidades psicológicas del joven, su necesidad de autodeterminación, de concientizar en categorías morales su experiencia y la ajena, el desarrollo de su esfera motivacional, la subordinación a valores asimilados, no impuestos, pues los rechaza.
La psicología marxista considera que una personalidad moralmente desarrollada no es sólo la que ha formado un conjunto de propiedades psicológicas que autorregulan el comportamiento, sino donde el contenido de los motivos e intereses del comportamiento están en correspondencia con los valores de la sociedad, por lo que constituye una prioridad esencial.
La actividad y la comunicación como vías esenciales en la formación de la personalidad en el proceso docente.
La comunicación tiene un carácter motivado, orientado a la satisfacción de las necesidades del hombre. Conocer lo que mueve al hombre a comunicarse con las personas con las que se relaciona es profundizar en componentes esenciales de su personalidad. El conocimiento del comportamiento correcto en cada lugar, con las demás personas, está directamente vinculado con las normas y reglas de la moral, y es en consecuencia una expresión concreta de las exigencias de la educación que emana de las relaciones sociales y que se manifiestan a través de la comunicación. El hombre se comunica por medio de su personalidad y se implica como personalidad en el proceso de comunicación. Uno de los métodos principales del profesor en la planificación y ejecución de la actividad docente que realiza es el lograr que en el plano formal y real se incluya la formación ético profesional para el desarrollo de una comunicación médico-paciente que satisfaga a la población y potencie las acciones del sistema de salud. En la práctica docente se responsabilizan más a las asignaturas del área clínica en esta formación ética para la comunicación con el paciente, sin que se percate lo trascendente que es en la ejercitación de la sensibilidad y la conciencia del estudiante, el manejo del cadáver en una sala de anatomía, o la solemnidad y respeto en la realización de una autopsia, o en el respeto al pudor durante las visitas a unidades asistenciales en círculos de interés para la orientación vocacional a alumnos de nivel preuniversitario. La actividad docente donde entran en contacto los dos componentes principales del proceso, el profesor y el alumno, debe aprovechar los incidentes cotidianos en las aulas, en las salas hospitalarias o en las áreas asistenciales, en el sentido ético moral, como vía para potenciar su conducta. La actividad docente debe estar centrada en el estudiante, propiciando su protagonismo y donde se respete su espacio y dignidad individual y colectiva. Organizarla según estos objetivos nos permite ejercitar las relaciones interpersonales adecuadas en el colectivo, el trabajo en grupo, la comunicación, la solidaridad, el sentido virtuoso y la bondad de las acciones. Si se realiza una actividad docente informativa y no principalmente formativa no se logrará que los estudiantes se sientan implicados ni se propiciará la comunicación entre ellos y con el profesor, sin que se pierda la función directiva por parte del docente y sin que se tenga que igualar al alumno. La comunicación que se establece entre el profesor y los alumnos nos permite percatar el sentido moral de algo y propicia la reflexión en el marco del proceso docente. La calidad humana en la relación alumno profesor, constituye el atributo principal que desde el punto de vista moral debe ser trasmitido en esa interacción. El profesor debe ser un experto en la comunicación, de la misma forma que debe serlo el profesional de la salud. Debe ser no sólo capaz de trasmitir mensajes, sino ideas, valores, sentimientos, tales como afecto y seguridad. El profesor, a la vez que comunica, educa en dicha comunicación y no se puede formar en los estudiantes lo que no se posee. En la carrera de Ciencias Médicas la influencia es muy importante, pues se establece un triángulo a través de la relación entre el profesor, el alumno y el paciente, que permite la creación de un proceso con interdependencias que favorecen o pueden perjudicar, si se desconoce, la reflexión ética y el ejemplo profesional del docente en la educación. La educación ha descuidado el proceso comunicativo. Se ha reportado que los jóvenes consideran que los profesores no se acercan suficientemente (4). Se hace necesario fortalecer la formación moral de los estudiantes de Ciencias Médicas y a las Facultades e Institutos les corresponden esta misión. El componente ético debe latir ininterrumpidamente a lo largo del currículo para lograr un profesional que realmente luche por el bienestar y la felicidad del individuo y la sociedad.

CONCLUSIONES

Realmente para lograr la formación de los estudiantes de ciencias médicas en los principios y valores ético-profesionales que se aspira y en los valores humanos que lo hacen un mejor individuo para enfrentar su rol social, que persigue aliviar el sufrimiento humano, se hace necesario tener en cuenta las prioridades comentadas, así como que esto es un proceso complejo, multifactorial, donde no sólo están presentes las influencias de la Universidad, sino también de todos los niveles precedentes, sin dejar de mencionar por su decisiva importancia el papel de la familia y de la sociedad en su conjunto. Esto no quiere decir que no podemos hacer nada, sólo queremos decir que no podemos renunciar a hacer nuestra parte, imbuidos de mucho amor y optimismo, pues en los hombros de las instituciones y de todos los que se vinculan al joven universitario están depositando su grano de arena en la formación de ese profesional que todos aspiramos cuando procuramos los servicios para nuestros familiares o para nosotros mismos. Esa alta responsabilidad social no puede quedar diluida en la mediocridad o en la ineficiencia, pues el precio social es demasiado alto.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Ojalvo V. Concepción de la enseñanzaaprendizaje y organización docente para la formación de valores en estudiantes universitarios. Diseño de Investigación. La Habana: Universidad de La Habana. CEPES; 1997.
  2. Fernández AM. La competencia comunicativa como factor de eficiencia profesional del educador. La Habana: ISP Enrique José Varona; 1996.
  3. Alonso M. La comunicación médico paciente como parte de la formación ético profesional de los estudiantes de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas:Universidad de Matanzas y CEPES; 2000.
  4. Krafchenko O. Los niveles de regulación moral del comportamiento: estudio diagnóstico de algunos factores potenciales que participan en el progreso de su formación y desarrollo. La Habana: Universidad de La Habana; 1990.
  5. Vigotsky L. Historia del desarrollo de las funciones psíquicas superiores.La Habana: CientíficoTécnica; 1985.

SUMMARY

As part of this work we made a review of the facts contributing to the development of value formation in the university students, beginning with the results of the study of doctor-patient communication as part of the ethicoprofessional formation of the medicine students at the Medical Sciences Faculty of Matanzas, evidencing the limited influence of the teaching process on this purpose. A solid professional formation to achieve high human and ethic values implies a systematic work throughout the studies and through the different forms of the teaching-educative work, making possible the development of abilities, habits, feelings and values, from the cognitive, affective and behavioral points of view. Methodological activities carried out in the teaching collectives of the faculty have been lacked of a systemic approach in facts that can have some bearing on the formation of the Medical Sciences students values and the priority of some facts in the elaboration of the educative work's strategies for the formation of ethic values in High Medical Education.

MeSH:

ETHICS, MEDICAL
PHYSICIAN PATIENT-RELATIONS
STUDENTS, MEDICAL
EDUCATION, MEDICAL
EDUCATION, HIGHER
SOCIAL VALUES

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO

Alonso González M. Prioridades en la formación ético-profesional para alcanzar una adecuada comunicación médico-paciente. (1ra. Parte) Rev méd electrón[Seriada en línea] 2007; 29(6). Disponible en URL:http://www.cpimtz.sld.cu/revista%20medica/ano%202007/vol6%202007/ tema 14.htm [consulta: fecha de acceso]

 

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