Tema 10.- Apuntes Biográficos sobre el Dr Juan Guiteras y Gener

 

COMUNICACIÓN BIOMÉDICA
HISTORIA DE LA MEDICINA. FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS “JUAN GUITERAS GENER”. MATANZAS.
Revista Médica Electrónica. 2002; 24(2).
Apuntes biográficos sobre el Dr. Juan Guiteras y Gener.
Biographical notes on Ph. Juan Guiteras y Gener.

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AUTORES

Dr. José Fernández Morín .(1)
Dra. Esther Báez Pérez (2)

(1) Profesor Asistente. Especialista en Higiene. Máster en Salud Ambiental Departamento de Salud
(2) Profesora Asistente. Especialista en Administración de Salud Departamento de Salud.

INTRODUCCIÓN

En este día, 4 de enero del 2002 se cumplen 150 años del natalicio de un médico matancero que fue gloria de la medicina cubana y americana, de un cubano digno, de un patriota que, a pesar de haber vivido por 30 años en los Estados Unidos de Norteamérica, donde se graduó como médico y donde se especializó como Patólogo y se convirtió en autoridad de la Medicina Tropical, supo estar siempre al lado de la causa de su Patria y no vaciló en regresar a ella y ponerse al servicio de la Sanidad Médica de su época, a la que ayudó a constituir, junto a nuestro ilustre Carlos J. Finlay. Me refiero al Dr. Juan Guiteras y Gener .
Precisamente por encargo del Consejo de Dirección de la Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas y de su Cátedra de Historia de la Medicina, se nos encomienda la difícil, pero honrosa tarea de resumir, en apretadas líneas, un intento de apuntes biográficos sobre la ilustre y fecunda vida de Juan Guiteras y Gener. Pedimos mil disculpas por adelantado a las autoridades en Historia de la Medicina de nuestra provincia, quienes seguramente leerán este artículo. Si en la apretada síntesis que intentamos hemos cometido algún desliz, por descontado damos que en tan breves líneas es imposible resumir la vida y obra de este ilustre matancero.
Nació Juan Guiteras y Gener el 4 de enero de 1852 en la ciudad de Matanzas, hijo de Eusebio Guiteras y Font, y de Josefina Gener y Puñales, ambos primos y vástagos de encumbradas familias patricias de la ciudad de Matanzas, que dieron a nuestra provincia y país personalidades en la Historia, en la Literatura y en la Pedagogía, pero, sobre todo, forjadores de una nacionalidad que ya sentían bullir en su sangre cubana, y que dejaron plasmada en su pensamiento y obra, pues muchos de sus miembros lucharon y dieron sus vidas en la guerras por la independencia de Cuba. No en balde nuestro Apóstol José Martí se refirió a ellos en varias ocasiones, expresando que “.... los Guiteras eran hombres de veras...”., y que “...a los padres que nos enseñaron a pensar no los olvidaríamos los cubanos que en ellos aprendimos a leer, en sus libros de lectura, en su Historia de Cuba y en su traducción de La Eneida.. ”. .
Juan Guiteras Gener estudió sus primeras letras en el colegio matancero “La Empres”, fundado por su tío Antonio Guiteras Font, y del cual también fue director su padre, Eusebio Guiteras. Este colegio fundado por discípulos de Don José de La Luz y Caballeros fue un verdadero faro de luz que guió el pensamiento matancero hacia una conciencia nacional independentista. En este claustro también termina su enseñanza secundaria, graduándose de Bachiller en Artes en 1867, pasando en 1868 a cursar la preparatoria de Medicina en La Habana y el primer año de la carrera. En 1968, por agravarse la persecución española hacia las familias Guiteras-Gener al comienzo de la Primera Guerra de Independencia, sus padres tienen que emigrar a los Estados Unidos, estableciéndose con los que ya antes habían emigrado hacia Filadelfia, por lo que Juan Guiteras continúa sus estudios de Medicina y de Filosofía en la Universidad de Pensilvania, donde se gradúa como Doctor en Medicina y en Filosofía. Qué curiosa coincidencia, esta misma Alma Mater unos años antes había acogido en su seno, en las aulas de Medicina, nada menos que a Carlos Juan Finlay y Barrés, personalidad cimera de la Medicina cubana, a cuyo nombre estará siempre ligado el de Juan Guiteras y Gener.
El Dr. Juan Guiteras alcanza en ese mismo año de 1873 un primer premio en la Universidad de Pensilvania por su tesis de grado “Influencia de la actividad funcional sobre el desarrollo del esqueleto”, trabajo realmente novedoso para la época, que ponía de manifiesto los cambios estructurales debidos a la función que ejercitarían dichas estructuras anatómicas. Sería realmente extenso referirse a todo lo que Juan Guiteras Gener hizo en los Estados Unidos desde su graduación en 1873 hasta su asentamiento definitivo en su patria casi 30 años después del obligado exilio de 1869. B ástenos señalar que fue:

  1. Médico Interno del hospital de Filadelfia en 1873.
  2. Médico de visita del propio hospital desde 1874 hasta 1879.
  3. Que confeccionó el primer texto de Patología de la Universidad de Pensilvania.
  4. Que fue Instructor de Semiología de dicha Universidad.
  5. Médico de la Sanidad Marítima de EE.UU. en el “Marine Hospital Service” en 1879, sirviendo en los hospitales de San Luis, New Orleáns, Galveston, Key West y Charleston como perito técnico de diversas epidemias de fiebre amarilla.
  6. En ese mismo año de 1879 es designado por el gobierno de los Estados Unidos en unión de los Dres. Stanford E. Chaille y J.M. Sternberg para estudiar la histopatología y las condiciones de producción de la fiebre amarilla en Cuba, ocasión en que conoce a Carlos J. Finlay y es presentado a la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, siendo elegido el 14 de diciembre de 1879 como corresponsal en los Estados Unidos de Norteamérica de la Academia de Ciencias, y manteniendo desde entonces estrecha correspondencia con Finlay.
  7. En 1883 hace un breve viaje a Cuba y se casa con su prima Dolores Gener, regresando juntos a Estados Unidos.
  8. En 1884 es valorado entre profesores de la talla del inglés William Osler para optar por una Cátedra en la Universidad de Pensilvania.
  9. En 1885 es enviado por el Servicio de Marina a Charlestón, donde es nombrado profesor de Patología y Clínica Médica de la Escuela de Medicina de Charleston.
  10. En 1889 es designado profesor de Patología de la Universidad de Pensilvania y Patólogo del hospital de Filadelfia, renunciando a sus cargos en la Escuela de Medicina de Charlestón y en el Marine Hospital Service.

A pesar de su intensa actividad docente, no descansa su pluma en la publicación de trabajos investigativos que se cuentan por decenas en su extensa bibliografía de estos años. En esta etapa ve la luz su importantísimo trabajo sobre la inmunización de los habitantes antillanos por fiebre amarilla leve o frustre en la infancia, estudio que repetiría años más tarde en la Academia de Ciencias de La Habana.
En 1890 es comisionado por la Universidad de Pensilvania para estudiar el descubrimiento de la tuberculina de Koch en Berlín, donde además trabajará con Virchow, Israeli, Jüergens y Paul Erlich; con este último había matriculado en 1889 un curso sobre tinciones especiales que lo lleva a intimar con el renombrado científico. También en esa oportunidad siguió los trabajos de Von Behring y Kitasato en cuanto a sueros antitóxicos.
En 1893, al celebrarse el Congreso Médico Panamericano en Washington, del 5 al 8 de septiembre en el que asistió por Cuba el Dr. Ramón L. Miranda, fue designado como presidente ejecutivo de dicho congreso el Dr. Juan Guiteras Gener. José Martí, que a la sazón se encontraba en la preparación de la “guerra necesaria” en suelo norteamericano, escribió en la prensa de ese país sobre lo que significaba para Cuba la elección del Dr. Ramón L. Miranda para la secretaría de la sección de Patología Interna a instancias de Juan Guiteras, y al referirse a este último, decía “... Y otro honor para los cubanos es que una de las autoridades prominentes del Congreso y el alma de él acaso, sea Juan Guiteras, uno de los tres médicos que en los Estados Unidos ilustran este nombre criollo....".
Por otro lado, en el quehacer patriótico, se conoce la activa labor desplegada en Filadelfia por Juan Guiteras, desde su participación como miembro fundador de la sociedad secreta “Carlos Manuel de Céspedes” de Cayo Hueso, en pro de la independencia de Cuba, hasta los numerosos testimonios epistolares de puño y letra de Juan Guiteras dirigidos a Estrada Palma, Joaquín Castillo, Manuel de la Cruz, Benjamín Guerra, entre otros, y muchos otros documentos firmados por los rectores del movimiento revolucionario cubano, donde se hace constar la intensa actividad del Dr. Juan Guiteras Gener en Filadelfia. No por gusto es designado por el Partido Revolucionario Cubano y por el apoyo decidido de los cubanos residentes en Filadelfia como Presidente del Cuerpo de Consejo de Filadelfia, encargado de todo lo relacionado con los trabajos de la Revolución.
Es verdad que el 1ro. de marzo de 1895, en carta dirigida a Gonzalo de Quesada, Juan Guiteras expresa que apoya cualquier esfuerzo y gestión de ayuda a la causa cubana, pero que no quiere inmiscuirse en ningún movimiento que no sea anexionista. ¿Qué sucedió en la mente de este cubano ilustre? ¿Qué pensamientos o hechos del convulsionado exilio cubano, con sus pugnas y problemas, llevaron a este hijo de forjadores del pensamiento y la nacionalidad cubana a escribir esta nefasta y dolida carta? Eso no lo sabremos nunca y realmente es muy difícil evaluar a un ser humano por un momento de su vida, y mucho más si esa evaluación no la hacemos teniendo en cuenta la realidad concreta que le tocó vivir, el sufrimiento del exilio, sus largos años fuera de la Patria, su formación académica extranjera en un país floreciente y con fuertes bases teóricas de democracia. No soy quien para juzgar, ni para exonerar a Juan Guiteras Gener, la propia Historia se encargó de reivindicar su nombre para la Patria.
¿Por qué entonces, a pesar de esta nefasta carta, Guiteras es electo por el Partido Revolucionario como Presidente del Cuerpo del Consejo de Filadelfia, encargado de todo lo concerniente a la Revolución en esa región?¿Por qué en el periódico “Patria” del 26 de septiembre de 1895 se publica una información sobre la gran fiesta que a favor de la Revolución cubana se celebró en el Washington Park de la ciudad de Filadelfia, donde resonó el verbo encendido del propio Gonzalo de Quesada, señalándose que el orador fue presentado por el respetado cubano Juan Guiteras Gener?¿Por qué a principios de 1896 el Dr. Juan Guiteras es nombrado por el Partido como auxiliar del coronel Emilio Núñez al frente del Departamento de Expediciones desde los Estados Unidos?¿Por qué el 30 de mayo de 1896 en el informe rendido por don Tomás Estrada Palma –delegado del Gobierno–, a don Salvador Cisneros Betancourt -Presidente de la República en Armas-, se hace constar la labor del notable patriota Juan Guiteras Gener cuando lo acompaña en su visita a Washington?¿Por qué Juan Guiteras, que regresa a Cuba en 1898 como oficial médico del ejército norteamericano, una vez establecida la República, renuncia a todos sus cargos en el ejército norteamericano y a su Cátedra en la Universidad de Pensilvania?¿Por qué trae a toda su familia de regreso a la Patria después de casi treinta años de exilio y se establece en ella para ponerse al servicio de la misma con toda su alma en la formación y consolidación de la Sanidad Médica Cubana?
Considero que si muchos de los jefes de la Revolución en el exilio confiaron en Guiteras fue, sobre todo, por su actuación limpia y desinteresada por la causa de Cuba, por ser fiel y actuar siempre con la verdad. Su trayectoria, la vida y obra así lo confirman. “Lo que brilla con luz propia nadie lo puede apagar”.
A partir de la instauración de la República en 1902, siendo ya desde 1900 catedrático de Patología General y Patología Intertropical de la Universidad de La Habana, encontramos a un Guiteras inmerso en el control de la fiebre amarilla y de otras enfermedades que abundaban en la Isla, codo a codo con Finlay por llevar adelante la Salud Pública Cubana, y para demostrar que estas enfermedades no eran una consecuencia del clima del país, sino del estado de abandono en que las autoridades coloniales y las de la propia intervención norteamericana, habían dejado las cuestiones básicas de saneamiento y de control en toda su necesaria gestión pública. En esta época, por su notable influencia como principal experto en Fiebre amarilla del ejército norteamericano, influyó en la 2da. Comisión norteamericana para la confirmación de la transmisión de la enfermedad por el mosquito Aedes Aegypti, conocido entonces como Stegomya fasciata, teoría ya planteada por Finlay desde 1881 y demostrada fehacientemente por sus trabajos investigativos.
Leal colaborador de Finlay, defendió la doctrina del maestro con entereza y sin disputar jamás ninguna gloria, ningún merecimiento; y no digamos con Finlay, con ninguno de los ilustres médicos que hicieron realmente de Cuba una potencia en la Sanidad Médica de la época, a pesar que como nadie conjugaba los elementos nacientes de la especialidad de Epidemiología y los elevados conocimientos de Clínica y de Patología con una vasta práctica médica en materia de Medicina Tropical. Guiteras fue el primero en pensar y demostrar que el niño cubano, al igual que los niños antillanos de los lugares endémicos de la Fiebre amarilla, al padecer la enfermedad de forma frustre o benigna quedaban inmunizados naturalmente de por vida para la enfermedad. Pero no fue sólo de fiebre amarilla la vasta obra bibliográfica de Juan Guiteras. Al igual que Carlos J. Finlay, sus estudios se proyectaron sobre muchas enfermedades infecciosas y transmisibles, así conocemos de sus trabajos sobre brotes de peste bubónica en La Habana, sobre Ancylostomiasis, sobre Meningitis Cerebro-Espinal, estudios de enfermedades de la inmigración china, pandemias de influenza y análisis de los recientes descubrimientos sobre malaria y los mosquitos transmisores. También en el campo de la Clínica y la Patología se dedicó al estudio sobre aneurismas abdominales, sobre trastornos neurológicos diversos, sobre estrechez de la válvula mitral en la insuficiencia aórticas, a estudios histopatológicas de múltiples afecciones agudas y crónicas.
Juan Guiteras Gener fue elegido miembro de número de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana en 1903, (ya en 1879 había sido nombrado Académico corresponsal en los Estados Unidos), pero no es hasta el 13 de octubre de 1911 en que es recibido oficialmente en esta prestigiosa institución, ya que sus múltiples funciones y cargos le imposibilitaron participar en sus sesiones. En ese día de recibimiento oficial el Dr. Juan Guiteras expresó textualmente en su discurso “...Tened en cuenta en mi abono, que desde que me honrasteis abriendo para mí las puertas de este recinto, he formado con vosotros, y más de una vez he creído cumplir ofreciendo alguna pobre muestra de mi trabajo.... Perdonadme si no he venido antes... pero mi trabajo ha sido duro... He tenido que abrir caminos nuevos y he tenido que aprender a conocer la Patria que llevaba en mi corazón como un recuerdo de la primera juventud, durante los largos años del destierro”. Explicó posteriormente el porqué de su elección para el discurso de recepción, un trabajo biográfico sobre Carlos J. Finlay, diciendo: “En nombre de esa Patria también permitidme que escoja como tema de mi discurso la vida de un ciudadano ejemplar, de aquél que, en la estimación universal, más alto ha puesto el nombre de Cuba”, y parco, pero justo y preciso en sus palabras, resumió en breves páginas la vida y obra de Finlay.
Guiteras presidió por años, y aún en vida de Finlay, la Comisión de Fiebre Amarilla, por sus conocimientos de esta entidad; también formó parte de la Comisión de Vacunación antivariólica, fue vocal ejecutivo de la Junta Superior de Sanidad y representante de la parte Occidental de la Isla. Fue director del hospital “Las Animas” desde 1901 hasta 1921. Presidente de la Comisión de Enfermedades Infecciosas y después Director de Sanidad, hasta que el 20 de mayo de 1921 pasa a ocupar la cartera de Sanidad y Beneficencia de la República en el tristemente célebre gobierno de Alfredo Zayas. Pero también fue Vicepresidente de la asociación de Jefes de Sanidad de Norteamérica y de la American Public Health Association. Miembro Honorario y fundador de la asociación de Médicos Americanos, del Colegio Médico de Filadelfia, de la Sociedad de Medicina Tropical Americana, de la Asociación Médica de Puerto Rico y de la Academia Médica de Caracas. También por muchos años, hasta su retiro, ocupó lo que hoy en día es la Representación Cubana ante la Oficina Sanitaria Panamericana. En Cuba, además, formó parte de la sociedad de Estudios Clínicos y de otras muchas corporaciones técnicas y profesionales.
En 1921 fue nombrado Catedrático Honorario de Medicina Tropical de la Universidad de La Habana (ya antes en unión del Dr. Emilio Martínez había fundado la primera revista de Medicina Tropical de América y la segunda en el mundo), y en diciembre de 1922, antes de su retiro definitivo a Matanzas, fue elegido por unanimidad “Académico de Mérito” de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales, la más alta distinción que otorgaba la misma, constando en el expediente de acuerdo, “por sus indiscutibles servicios prestados a la Academia, a la Ciencia y a la Humanidad ”.
Fue Guiteras un hombre de vasta experiencia en la medicina mundial de su época, ya habíamos anotado sus viajes a Europa y sus relaciones con notables científicos de fines del siglo 19 y principios del 20, también su vasta experiencia como médico en sur de los Estados Unidos, pero Guiteras además recorrió Panamá y América Central como perito en enfermedades tropicales, y en 1917 trabaja junto al Dr. Gorgas, comisionado por la Fundación Rockefeller para la campaña de extinción de la Fiebre amarilla, recorriendo América y el occidente de África Subsahariana.
Resentido su corazón enfermo y su alma por la muerte de su única hija, María de los Milagros Guiteras Gener, que muere embarazada a causa de una epidemia de influenza que azotó La Habana en 1919, acepta no obstante en 1921, como ya dijimos, la Secretaría de Sanidad y Beneficencia con la idea de servir a su Patria desde su mejor trinchera, la Sanidad Pública. Éste fue, quizás, el otro desacierto de su vida, pues a pesar de la intachable conducta, del actuar siempre limpio y diáfano de un hombre que, teniendo el cargo de Ministro de una República, paga de su propio peculio hasta los sellos de la correspondencia cuando ésta no es de un asunto oficial de gobierno, se ve desgraciadamente unido por rango a una sarta de corruptos funcionarios que conformaron el nefasto gabinete del Dr. Alfredo Zayas. Víctima de la felonía extranjera y de la más vil patraña de sus compatriotas, es despedido y abochornado públicamente, aun después de que el propio presidente corrupto, en entrevista personal que el propio Guiteras exigiera, le negara el estar acusado o involucrado en tan reprobables actos.
Esta destitución de Guiteras, –aunque fue al único de los funcionarios que se le aceptó la renuncia formal– acaecida el 17 de junio de 1922, durante la última intervención norteamericana, hoy se sabe que se debió a las presiones ejercidas por interventor norteamericano Enoch H. Crowder, quien en varias ocasiones antes, había chocado con la honradez y la autoridad de Juan Guiteras, al no permitir entre otros, los turbios negocios de comercialización en Cuba de productos alimenticios rechazados y prohibidos en los Estados Unidos y oponérsele directamente, enfrentando virilmente las amenazas de los arrogantes hijos de Norteamérica que creían poder disponer de los asuntos sanitarios de Cuba. Ya años antes, siendo director de Sanidad, en carta respuesta fechada el 28 de febrero de 1919 a algunos residentes de Guantánamo que pensando, quizás, como algunos mal intencionados de su época, que Guiteras era pro-norteamericano, se aprovechan en hacer reclamos de atención sanitaria para dicha ciudad amparados por la proximidad de la base naval y por criterios de médicos norteamericanos, textualmente les decía: “He recibido su comunicación con referencia a la ciudad de Guantánamo y debo contestar que conozco perfectamente la situación de ella y que nunca he necesitado de informes de médicos norteamericanos, ni de consideraciones a la proximidad de estaciones extranjeras para tomar el debido interés en una ciudad cubana. Desgraciados son los que necesitan de tales acicates para velar por intereses de su pueblo”.
Enfermo y destrozado espiritualmente, regresa el Dr. Juan Guiteras y Gener a su Matanzas natal a principios de 1923, retirándose ya para siempre de la vida pública y de sus labores científicas y sanitarias en compañía de su también enferma esposa, la fiel y cariñosa Doña Lolita, como la conocían sus amistades. No obstante, tres días antes de su muerte, con motivos de crearse en La Habana la Federación Médica Cubana, en el acto inaugural de su constitución reaparece Juan Guiteras y Gener ante la audiencia médica de Cuba, que lo aclama y hace su Presidente. Como justa sentencia de nuestro Apóstol, “hasta el sol podrá tener manchas, no obstante los agradecidos siempre verán la luz ”. Y Guiteras en su sentido discurso, con lágrimas de emoción y agradecimiento en sus ojos, exhorta a los allí reunidos a trabajar por la sanidad cubana y por elevar el prestigio de sus organizaciones, y manifiesta que a pesar de sus años y de su quebrantada salud está dispuesto a trabajar por la clase médica y a elevar su verdadero prestigio; y terminó diciendo: “Aprovechad estos momentos de entusiasmo y esta propaganda y esta franca exposición de nuestro modo de ver, de nuestras inclinaciones y nuestros pensamientos; aprovechadlos os digo para que resplandezca y perdure luminosa entre nosotros, la Verdad”. Un viejo maestro y hombre bueno dijo en nuestro país, que sólo la verdad nos pondrá la toga viril; pero mucho más grande que él, Juan el Evangelista, había dicho: “Y la verdad os hará libre”. Fue Guiteras el primero de los médicos cubanos que ante la magna asamblea prestó el juramento de la Federación Médica Cubana.
A su regreso a Matanzas, a tres días solamente de la inmensa alegría de este reconocimiento, de este desagravio público a una de nuestras más altas figuras médicas, al quizás más reconocido como epidemiólogo de nuestros médicos de principios de siglo, muere en su mansión matancera el 28 de octubre de 1925, con la alegría de los frutos de su vasta labor, pero con la tristeza de dejar desamparada a su entrañable y enferma compañera.
En Matanzas vio la luz y vio la sombra esta gloria de la Medicina Cubana. Y hoy me pregunto. ¿Habremos visto realmente la luz de este sol? ¿Conocemos realmente los hijos de Matanzas, los médicos y alumnos de Medicina de Matanzas a Juan Guiteras y Gener? En mi no autorizada opinión, considero que aún nos queda mucho por saber y por aprender de este hombre, de este médico, de este científico, de este patriota. Matanzas entera está en deuda con Juan Guiteras y Gener, pero principalmente los médicos matanceros y dentro de ellos, especialmente nosotros, los que trabajamos por la Salud Pública , los sanitaristas, los hoy especializados en Higiene y Epidemiología.
Honrar, honra”, dijo José Martí, y honrando la memoria de este hombre que ante el busto de su maestro y colega, Carlos J. Finlay dejó para la posteridad estas palabras: “Finlay, organizador de una gran idea. Descubridor de un método de investigación. Inventor de procedimientos prácticos para la extinción de grandes epidemias. Tú fuiste seguramente un grande entre los grandes”, honramos a la Medicina Cubana, nos honramos nosotros mismos.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1) “Vida y Obra de Juan Guiteras y Gener”, por Elisa González Tovar.
2) “Juan Guiteras y Gener”, de Emilio Roig de Leuchsenring.
3) “Juan Guiteras Gener y su Bibliografía”, por el Dr. Jorge Le-Roy.
4) “Vidas Ejemplares de Médicos Cubanos. El Dr. Juan Guiteras”, de César Rodríguez Expósito.

CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO

Fernández Morín J, Báez Pérez E.Apuntes biográficos sobre el Dr. Juan Guiteras y Gener.Rev méd electrón[Seriada en línea] 2002; 24(2).. Disponible en URL:http://www.revmatanzas.sld.cu/revista medica/año2002/tema10.htm[consulta: fecha de acceso]

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